Las lentes de contacto tóricas corrigen el astigmatismo, que, al igual que la miopía y la hipermetropía, es un error refractivo. El astigmatismo es una afección ocular muy común que provoca visión borrosa y distorsionada. Cuando la luz entra en tus ojos, la córnea es la encargada de filtrar la luz para que llegue a la retina ya focalizada; esto permite que una imagen clara se reproduzca en tu cerebro.

Sin embargo, cuando se sufre de astigmatismo, la córnea presenta una forma irregular, similar a la de una pelota de rugby, en lugar de una forma esférica. Esto significa que la luz se dispersa en la retina y no llega a focalizarse en un punto, lo cual dificulta la visión de las imágenes.

Del mismo modo, el cristalino del ojo también ayuda a focalizar la luz; su curvatura puede variar, lo que puede provocar que la vista se vea afectada de la misma manera que cuando la córnea es más alargada. Sin embargo, esta afección es menos común y se conoce como astigmatismo lenticular.

En general, se pueden distinguir hasta tres tipos de astigmatismo diferentes, en función de lo que los ópticos denominan meridianos. Los meridianos son líneas imaginarias que se extienden a lo largo de la superficie del ojo, a través de la pupila, y que se utilizan para diferenciar diferentes áreas del ojo. Para visualizar el concepto de meridiano, puedes pensar en la esfera de un reloj. La aguja que conecta las 12 con las 6 sería un meridiano.

Cuando un meridiano principal enfoca como miope y el otro como hipermétrope, se produce lo que se denomina “astigmatismo mixto”. También se puede distinguir entre astigmatismo regular e irregular. El astigmatismo regular se produce cuando la córnea está más curvada en una dirección; este es el tipo más común y se puede corregir fácilmente con gafas o lentes de contacto tóricas. Por otro lado, el astigmatismo irregular, que es menos común, se origina habitualmente por lesiones en el ojo. En este caso, en lugar de ser la córnea más curva en una sola dirección, su curvatura puede variar en distintas direcciones o ser más o menos pronunciada. Las gafas no suelen ser suficientes para corregir este tipo de astigmatismo; por ello, muchos ópticos suelen recomendar lentillas tóricas.

El astigmatismo poco pronunciado no siempre requiere corrección, pero si provoca visión borrosa, también puede llegar a producir dolores de cabeza, cansancio o tensión ocular. Estos síntomas suelen presentarse después de realizar tareas que requieren concentración durante cierto periodo de tiempo como leer, conducir o utilizar el ordenador. Si últimamente has experimentado estos síntomas, no dudes en acudir a tu óptico.

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